Marruecos

Morocco

Datos:

  • Capital: Rabat
  • Prefijo telefónico: +212
  • Población: 35,3 mill (2018)
  • Viajes: 2018

En noviembre de 2018 hice mi primer viaje al continente africano. Fue un viaje de tan solo dos días a Rabat, la capital de Marruecos. Vuelo directo e insufrible con Ryanair desde Madrid. En poco más de una hora estás aterrizando en el aeropuerto de Rabat, que no es ni de lejos el más activo del mundo. La proximidad de Casablanca eclipsa casi por completo a la capital marroquí. De no ser porque acapara la actividad política e institucional del país, podría pasar casi inadvertida.

En cualquier caso, Rabat puede ser una buena forma de empezar a conocer este país. El "choque" con mi europeizada mente comenzó ya en Barajas. Largas colas para embarcar y controles que ya me sonaban lejanos. La cabina del avión abarrotada. Maletas de tamaños imposibles ante las caras de los pobres auxiliares de vuelo que, acostumbrados como estarán a esa situación, ya no decían absolutamente nada. La llegada a Rabat es desesperante. En el aeropuerto hay controles cada dos pasos. Desde que aterrizó el avión hasta que pude abandonar el aeropuerto pasaron más de 2 horas. Colas y controles para todo.

Y una vez fuera empiezan las sorpresas y los contrastes. Las personas que van a recibir a otras al aeropuerto no pueden acceder al recinto si no que deben esperar fuera, a cierta distancia de la terminal. Las vías de acceso al aeropuerto y las que rodean la ciudad son nuevas y están en buen estado, pero no es nada extraño ver a gente cruzando la autovía con total tranquilidad; o encontrar vacas u ovejas pastando en las medianas. De la forma de conducir ya no voy a decir nada, pero no sé si yo me atrevería a alquilar un coche en Marruecos. Las glorietas son de lo más anárquico. Es una especie de "tonto el último" o un "sálvese quién pueda". Los mismos peatones cruzan de una lado a otro de la plaza atravesando por el medio de la glorieta...  Reconozco que tras la sorpresa inicial, al final me resultaba hasta divertido. Semejante caos sería impensable en cualquier ciudad europea, pero en Marruecos es natural.

Ya dentro de la ciudad, se distinguen como dos zonas: En primer lugar, Uday y Medina se sitúan como eje central para el encuentro del Bu Regreg y del  Atlántico.  Destaca en segundo lugar una amplia diagonal de prósperos barrios  que es donde se ubican las residencias diplomáticas y muchjos edificios oficiales . La zona más interesante es La Medina, repleta de calles estrechas e imposibles. En ella se concentra el Rabat más puro y es una visita, aunque sea de paseo rápido, imprescindible. 

Como no tenía mucho tiempo, hice en coche la mayor parte de los recorridos para poder ver lo más interesante de la ciudad, teniendo en cuenta el poco tiempo que me dejaban libres mis obligaciones laborales. Aún así pude visitar  la Torre Hassan, levantada sobre las ruinas de una antigua mezquita del siglo XII, compuestas por este cuerpo de minarete del mismo arquitecto que la Giralda de Sevilla o la Koutubia de Marrakech, de 44 metros de altura, rodeado por 200 columnas de distintos tamaños. 

Por último y aunque fue por fuera, pude ver el Palacio Real y pasear por la comercial avenida de Mohammed V, donde se encuentran las grandes cadenas internacionales de moda, restaurantes, franquicias, etc...

Como último apunte, decir que la comida en Rabat suele ser exquisita y muy tradicional. Platos sencillos pero bien elaborados (bastante especiados, eso sí) y la amabilidad suele ser muy habitual en todos los comercios y restaurantes.

Fue un viaje relámpago pero ha servido para despertar mi interés por este país. Volveré!

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar